La publicidad diámica

Vivimos en un mundo tecnológico, dominado por los medios de comunicación, en el que todo está continuamente en movimiento. Dentro de este mundo aparece la publicidad, que es la principal fuente de ingresos tanto para internet, la televisión o la radio.
Diariamente observamos que la publicidad está presente en todos los sitios, si vamos caminando por la calle, vemos una serie de televisión u ojeamos una revista, vemos que todo lo domina.
Su objetivo es llamar la atención del público, de una forma u otra intenta que la gente se fije en los anuncios para que se compre e incrementen las ventas del producto anunciado. Muchas de las marcas son las que producen series, programas o secciones de revistas, por ejemplo, y a veces sin darnos cuenta, nos están introduciendo publicidad de una forma subliminal.
En definitiva, se trata de un mundo que abarca muchas formas de anunciar, publicitar y captar a la gente, un mundo, al mismo tiempo, estratégico e inteligente dónde la principal táctica se basa en lo psicológico.
La publicidad tiene como objetivo estimular el deseo y la necesidad de consumir, teniendo en cuenta esto, los niños representan una muy importante cuota de mercado.
La publicidad crea estereotipos, modelos de convivencia, valores y actitudes que no tienen porque corresponderse con la realidad social. Si bien la realidad social va hacia la igualdad de sexos, la publicidad en la infancia está encaminada a relacionar ciertos juguetes con niñas y otros con niños.
Los niños no deberían ser objeto ni sujeto de ella y mucho menos convertirse en víctimas de una publicidad engañosa. Hay que tener en cuenta la enorme influencia que la publicidad y la televisión tienen en los niños por lo que debería usarse como el potencial educativo.

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